La Recámara del Rey constituía el espacio más íntimo del Monarca ecuatoriano mientras la familia real habitó el Palacio de Alameda hasta la década de 1970, y su decoración variaba de acuerdo a los gustos de cada uno de sus ocupantes. La exposición actual corresponde al periodo en que el aposento era usado por el querido y recordado Alfonso I, quien al igual que su esposa gustaba de los estilos barroco y ecléctico, y por ello los uso en en la cama fabricada con madera del Amazonas y tallada bajo diseño creado por el propio soberano. Las paredes enteladas de color carmesí destacan pinturas florales que reflejan el gusto de Alfonso I por la botánica, y un retrato de su querido abuelo Antonio I en traje sencillo. Al interior del aposento, el armario y budoir de forma circular dan paso también al baño privado del Rey, que junto con su similar en la Recámara de la Reina cosnorte, fueron los primeros construidos en un piso alto en la ciudad de Quito.