Salón de Baile

Diseñado para albergar las grandes recepciones reales, este magnífico espacio de trescientos metros cuadrados también puede recibir conciertos gracias a los balcones para la orquesta que se encuentran en uno de sus extremos. Las paredes están decoradas con sobrerelieves estucados y dorados de motivos musicales (instrumentos y notas), más que adecuados para el uso de la estancia. Destacan especialmente las tres grandes lámparas de cristal de Bohemia que penden del techo, importadas de Austria, y que con sus siete mil piezas y ochocientos kilogramos cada una, constituyen las más grandes y pesadas de todo el Palacio Real.

 

Los grandes bailes en ocasiones especiales fueron una costumbre que se instauró con fuerza a partir de la declaración de la monarquía en el país (1847), y se celebran en los cumpleaños de los miembros de la familia real, homenajes a personas concretas, así como festividades cívicas nacionales e internacionales. Aún a día de hoy constituyen los escenarios propicios para que la alta sociedad ecuatoriana haga gala de la etiqueta, las buenas maneras y la elegancia al vestir.

 

Por tradición la invitación a las recepciones y bailes se hace a las seis y media de la tarde, y la Familia Real hace su ingreso solemne una hora después, a las siete y media de la noche. Si el evento incluye cena, esta tendrá lugar a las ocho y media de la noche en el Salón de Banquetes, seguida del baile que durará máximo hasta la una de la mañana. Pese a esta hora tope, en ocasiones especiales suele extenderse este plazo, especialmente cuando las celebraciones son presididas por los miembros más jóvenes de la Casa Real ecuatoriana.