El ingreso principal al palacio se realiza por este gran vestíbulo que se encuentra detrás de las hermosas puertas de hierro forjado, aunque el edificio también posee otros accesos que eran usados por la familia real y los sirvientes, sobre todo en las alas laterales. El espacio es de gran tamaño y destaca por su sobriedad y sencillez, con un piso ajedrezado de mármol blanco italiano y pizarra negra japonesa, inspirado en los del Palacio de Versalles. Cuatro columnas de mármol rosa nacional y cuatro lámparas de pedestal con base de ónix flanquean los dos costados, entre los que discurre una alfombra de color carmesí que lleva a los visitantes hacia la Escalera de Honor.