Sala de las Pilastras

Ubicada a continuación de la Sala de las Orquídeas, esta habitación ocupa la mitad de la loggia oriental en la fachada posterior del Palacio y debe su nombre a las pilastras falsas que decoran las paredes. El mobiliario de estilo imperio data de la época en la que la estancia fue convertida en un comedor más pequeño para las comidas con grandes dignatarios, y fueron parte de un gran lote obsequiado por el emperador Napoléon III de Francia tras los terremotos de 1868, enviados para restituir los que hubieren sido dañados por el desastre. El espacio está presidido por un retrato del rey Antonio I y destaca un arpa que fue usada por su hija primogénita, la princesa María Isabel, quien posteriormente se convertiría en reina consorte de Quebec.